Es época de recuentos, de recuerdos y alegría. Pero en este día, no queremos olvidar a quienes partieron en este agitado 2011 y que estaban vinculados de una u otra forma al cine. Es el sentido recuerdo de Séptimo Arte a aquellos que hoy forman parte de todos nosotros.
En Chile
Quien más despertó la atención mediática tras su partida fue el emblemático cineasta Raúl Ruiz, que falleciera el pasado 19 de agosto. Ruiz se fue legando una colección de películas que ahondan en un Chile muy personal: marinos, muertos vivos, espejos, fantasmas y alcohol atravesaban un mundo de fantasía que parecía mas real que cualquier otro. Nunca intentó documentar la realidad, y aún así, sus películas resultan más realistas que cualquier sueño documental.
Lamentable que a partir de su muerte se comience a redescubrir masivamente una obra que nunca pretendió ser masiva, pero que llevó la idiosincrasia de Chile por todo el mundo. Lamentablemente, junto a él, caerá un lugar que cobijó sus veladas y diálogos delirantes sobre cine como el bar restaurante “El Parrón”, edificio de los años treinta que será demolido en unos días más para instalar un complejo de muy modernas oficinas. Con Ruiz, se extingue una forma de leer Chile.
Se va Ruiz, y con él «El Parrón» y parte del cine más alucinante producido en Chile
En el verano de 2011 partió otro importante cineasta nacional. Andrés Racz, ex militante MIR y director de “Dulce Patria”, realizada de forma clandestina en medio de la dictadura, partió a los 62 años tras dar la lucha contra un fulminante cáncer. Racz pudo estrenar su última película un año antes, “Tendida mirando las estrellas”, una de las primeras películas digitales realizadas en nuestro país pero sólo estrenada a casi diez años de su filmación. Un gusto que no se vio recompensado en las salas comerciales pero sí en exhibiciones como las del Cine Club de la Universidad de Chile, donde dialogó con las más de 120 personas que repletaron la sala para ver el que sería su primer y último largometraje de ficción.
La madrugada del 29 de agosto, dejaría de existir la actriz María Maluenda, ícono del teatro nacional y que participara en algunas películas nacionales como “Cobre, vida y milagros de un metal” de Pablo Petrowitsch y “Hollywood es así” de Jorge «Coke» Délano, además de ser una de las fundadoras del Teatro Experimental de la Universidad de Chile. Acérrima militante comunista, la prensa informó «el deceso de la ex diputada María Maluenda”, prácticamente obviando el legado de una gran actriz nacional, furibunda defensora de los derechos humanos y que debió soportar las violencia de la dictadura cívico-militar que asesinó a uno de sus hijos.
María Maluenda, en sus últimos años
Otro actor que nos dejara durante 2011 fue Guillermo Bruce. Más conocido como comediante, la prensa destacó su rol en programas de televisión y en las picarescas jornadas revisteriles de los años ’50 y ’60. Bruce, sin embargo, tuvo participaciones en películas nacionales siempre en roles secundarios, pero que hoy son verdaderos vestigios de otros tiempos. Sus inicios en el cine datan del film “Tres miradas a la calle” de Naúm Kramarenco, donde tiene una pequeña participación en uno de los tres segmentos que componen la película. Igualmente tiene un pequeño rol en “Estado de sitio” que realizara Costa Gavras en nuestro país en plena Unidad Popular, mientras que en “Sonrisas de Chile” –último film de José Bohr- también tiene una incursión, lo mismo que en “Los testigos” de Charles Elsesser de 1971. Bruce, olvidado en su incursión en el cine, contribuyó como actor de reparto en películas más -o menos- afortunadas, pero igualmente parte de un periodo irrepetible.
En febrero, el día 17, fallecería Ericka Wilms, viuda de Aldo Francia y que sería su bastión por muchos años, incluyendo aquellos en que realizara el Festival de Cine de Viña del Mar y el Cine Club, en los años sesenta. La partida de Ericka, mujer entrañable y acogedora, sería la partida de una forma de ver el cine, ver el arte, ver la vida.
En el campo académico, Carlos Bökher partió en el mes de marzo dejando un grupo de alumnos que aún recuerda sus clases como gestos de entrega hacia quienes quieren continuar desarrollando el campo audiovisual local. Bökher, que se desempeñaba como profesor de la Universidad de Valparaíso y Uniacc, dejó una obra fílmica fantasmática, ya que todos los cortometrajes que filmó en los años sesenta desaparecieron tras el allanamiento que sufrió su casa en Valparaíso posterior al golpe de estado. Tuvo una fuerte vinculación con el cineasta Joris Ivens en su estadía en el puerto cuando filmó “A Valparaíso” y “El pequeño circo”, y donde además dio algunas conferencias donde Bökher actuó de traductor.
En el mundo
Mediática y cubierta por la prensa de farándula, pero no por eso menos importante, la partida de la gran Elizabeth Taylor no dejó indiferente a nadie. Ícono del cine, partió con 79 años, 50 películas y dos premios Oscar. Imposible olvidar “Cleopatra”, “Gigante” o “El gato sobre el tejado de zinc”. Pero tampoco en obras menores como “Quo Vadis” donde colmaba la pantalla con elegancia, sutileza y encanto.
Única
También en Hollywood, Sidney Lumet entregó dentro de una forma de hacer cine, algunas obras importantes en su género, y que quedarán como el testimonio de un gran cineasta que partió en 2011. “Serpico”, una verdadera joya del cine industrial, debería estar entre las 10 películas que un estudiante de cine debería ver obligatoriamente.
Otra actriz que nos dejó este año fue Maria Schneider, mas recordada en nuestro país por su película “El último tango en parís” que fue censurada por la dictadura militar, lo que no privó a algunos integrantes de la junta de verla fuera de nuestras fronteras. De nacionalidad francesa, Schneider trabajó con importantes directores como René Clement, Michelangelo Antonioni o Jacques Rivette, aunque nunca igualando su participación en “El último tango…”.
Annie Girardot debe ser un emblema del cine europeo. Actriz en “Rocco y sus hermanos” de Luchino Visconti, también tuvo una importante participación en “La Pianista”, una de las películas mas importante de Michel Haneke, rodada en 2002. Girardot también trabajó con Claude Lelouch, Mario Monicelli y Marco Ferreri, instalándose como una de las mas reconocidas actrices europeas de los años sesenta.
Bubba Smith quizá es un nombre poco conocido en nuestro país, pero sí lo es como el actor de color en “Locademia de policía”. Bubba era originalmente jugador de fúbol americano, y su incursión en el cine se debe más a su físico que a su talento. Aún así, es una imagen reconocible para toda una generación que disfrutó sus películas pasadas por la televisión chilena en la franja de las cuatro de la tarde.
Bubba Smith, con ropa de trabajo
Desapercibida pasó en nuestro país la muerte de Ken Russell el pasado 28 de noviembre. Conocido como el director de “Tommy”, la curiosa adaptación al cine de la obra de la banda inglesa The Who, Russell dedicó gran parte de su vida a realizar delirantes obras que mezclaban cine y música como “Lizstomania”, por cierto también las primeras en trabajar con el sistema de sonido Dolby. En 1969 su película “Women in Love” ganó el Oscar a la mejor interpretación femenina, siendo la primera en tener un desnudo masculino frontal en ganar dicho galardón, rompiendo una serie de convencionalismos al respecto. Su partida lo encontraba preparando la que sería su última película, Moll Flanders, la que nunca pudo concluir y en la que llevaba trabajando cinco años.
Si se trata de divas, una de las mas grandes partió en 2011: Tura Satana. Protagonista de los films del excéntrico Russ Meyer, Satana tenía por nombre Tura Luna Pascual Yamaguch, y su encanto radicaba en su exotismo oriental mezclado con la rudeza sexual que emanaba en cada film de Meyer. Hija de un actor de cine mudo japonés, Satana tuvo una dolorosa infancia incluyendo una violación que la marcó por el resto de su vida. El mito comienza cuando llega a trabajar a Estados Unidos, donde incluso se rumoreó un romance con Elvis Presley. Tras su irrupción en el cine, Tura Satana ha adquirido un carácter casi legendario, siendo protagonista de comics, canciones y un sinfín de homenajes que adoran la mezcla perfecta entre sexo y violencia, lo que se encarna de manera perfecta en su cinta emblemática “Faster Pussicat! Kill! Kill!” de 1965.
Tura Satana en acción
Otra diva kitsch que nos dejó en 2011 es Dolores Fuller, actriz fetiche y ex novia de Ed Wood. Protagonista de “Glen o Glenda” y “Jail Bat”, Fuller nunca se caracterizó por ser una actriz muy virtuosa, pero pasó a la historia por dos instancias: con la película de Tim Burton “Ed Wood”, Dolores Fuller fue interpretada por Sarah Jessica Parker. También pasó a la historia como compositora de numerosas canciones que posteriormente Elvis Presley grabó, como Rock-a-Hula, Baby.
No sólo el cine, sino que el mundo de la música, lamentó también la partida del gran John Barry. Barry dio vida a las melodías que forman parte de la saga de James Bond, que no sería nada sin el característico soundtrack que hoy es conocido mundialmente. Dueño de una impronta que mezcla grandes orquestaciones con sutiles contrapuntos, Barry dejó grandes composiciones para películas como «Midnight Cowboys», «Nacida Libre» o «Danzando con Lobos». Cinco premios Oscar lo acreditan.
No son todos los que partieron este año, pero esta síntesis de alguna forma refleja el reconocimiento de Revista Séptimo Arte a quienes dejaron su vida en contribuir con este campo artístico.