Por: Monserrat Ovalle / 26 de Julio, 2015
Uno de los toques característicos de las películas de Hayao Miyazaki, es el notorio protagonismo de mujeres jóvenes y fuertes. Se diferencia de esta manera de otro tipo de películas infantiles de animación que categorizan los papeles femeninos en estereotipos de pasividad, donde son siempre otros quienes las salvan o las guían en su propia vida. Sin embargo Miyazaki, les confiere un poder extraordinario al darles tal notoriedad en un mundo fílmico donde las mujeres tienen mayoritariamente un rol secundario. Todas las protagonistas de sus películas son diferentes entre síy llevan a cabo distintas maneras de guiar a un grupo, ellas son líderes no sólo de sus propios caminos sino que también de un equipo conformado por otros personajes.
En “El castillo ambulante” y “El viaje de Chihiro” vemos como Sophie y Chihiro ayudan a Howl y a Haru a resolver sus problemas, a encontrarse a ellos mismos. Así también terminan cumpliendo su misión que es ayudarse a sí mismas en tanto ayudan a otros. Lo que configura un tipo de héroe distinto al que estamos acostumbrados a ver en las películas infantiles, donde el protagonista lidera el camino de todos llevándose él toda la responsabilidad y actuando como una agente esencial para la liberación de los problemas de los demás personajes. Pero en las películas de Miyazaki, estas mujeres lideran un tipo de heroicidad menos individualista, donde le enseñan a los personajes que necesitan de su ayuda el camino que deben recorrer y le dan ideas sobre cómo recorrerlo. Dejan que ellos sean protagonistas activos de su propia historia tomando sus propias decisiones. Así ellas se configuran como líderes que no pretenden ser las salvadoras, sino más bien un puente en las soluciones que los personajes buscan.
Tanto Sophie como Chihiro emprenden un camino difícil, pero necesario, para transformarse a ellas mismas y madurar. Al principio de sus respectivas películas ellas son niñas un poco perdidas y bastante angustiadas por los cambios a los que deben enfrentarse al momento de crecer. Pero al finalizar la historia, con todo el camino que han andado, ya son jóvenes decididas y seguras de sí mismas. Afrontan su angustia con optimismo, se ponen de pie frente a los problemas que les acaecen sin dejar nunca de trabajar por hallar las soluciones. Así las soluciones van llegando solas porque ellas no se quedan estáticas esperando que algún personaje las salve, sino que trabajan y se mueven para salir de los hundimientos en los que se encuentran. Lo que termina por ser un mensaje bastante importante para el público infantil de estas películas. Conmueven tanto a las familias como a los infantes porque entregan un mensaje transversal a todas las personas.
Finalmente, las heroínas de Miyazaki nos muestran que el valor para reunir a las personas y trabajar en equipo resulta más enriquecedor que el trabajo individualista del héroe típico, porque llena a los personajes de decisión al decirles: “Toma estas herramientas, vamos y luchemos juntos”, en vez de decirles: “Quédate aquí, yo iré a luchar por ti.”