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“Las Mil y Una Noches” de Miguel Gomes: La ficción como un mecanismo de realidad

Por: Camila Torres Cortez / 03 de Noviembre, 2015

Las mil y una noches

Miguel Gomes

Portugal, 2015

Sección: Cineastas Invitados

En el famoso cuento “Las Mil y Una Noches” Scheherezade debe tejer sus inconclusas historias cada noche, alimentando la ardiente curiosidad del sultán con maravillosos y épicos relatos. En “Las mil y una noches”  de Miguel Gomes, Scheherezade también nos atrapará con increíbles hazañas de singulares héroes, los cuales  deberán enfrentarse a los residuos que dejó una política de austeridad financiera  implementada por el gobierno de Portugal durante el 2013, llevando al país a una de las peores crisis económicas de su historia.

Con este ambicioso proyecto de más de seis horas de duración, el FICValdivia presenta por primera vez una muestra dedicada a Miguel Gomes, uno de los realizadores europeos más originales y lúcidos de panorama del cine contemporáneo.  El realizador portugués llega a la última versión del certamen después de alcanzar un gran éxito con sus premiados metrajes “Ese querido mes de agosto” (2009) y  “Tabú” (2012), en los cuales los elementos de ficción, poesía y realidad conviven en una misma estructura de corte satírico.
Estas obsesiones vuelven a reconfigurarse en “Las Mil y Una noches” (2015), el film se compone de relatos  de ciudadanos portugueses que  se vieron enfrentados a las más insólitas situaciones debido al manejo negligente del gobierno de Portugal frente a la crisis que azotó el  viejo continente. Según Gomes, estas historias llevaron a sucesos tan absurdos que solo podrían ser parte de una ficción.

El film está divido en tres actos; Inquieto, Desolado y El Encantado, los cuales comparten una interdependencia de estilo narrativo. En el primer capítulo nos encontramos con el mismo Gomes, quien atormentado por el rodaje de la película descubre  en Scheherezade el mejor dispositivo para catalizar estos relatos.  Gomes señala “Han pasado cosas tan absurdas en mi país que la gente solo se las puede creer si se las cuenta Scheherezade”, de esta manera el film realiza una operación singular, tomando prestada la estructura de las Mil y Una noches, para desgranar la crisis desde la microhistoria, dando cuenta que hay otras formas de realizar una lectura crítica  de la realidad  sin caer en la obviedad del cine de denuncia.

Para quienes se encontraban ajenos al trabajo del Miguel Gomes, los primeros minutos de película podrán haber transportado a un mundo completamente absurdo e irrisorio cargado de presunta ingenuidad. El gesto de Gomes radica en llevar al espectador a un lugar seguro, utilizando el humor y sátira como el mejor dispositivo de catarsis, encarándonos a través de sus artimañas de ficción la  descarnada verdad de la estupidez  humana. Lo cierto es que el cine de Miguel Gomes está lejos de ser ingenuo, en aquel tono absurdo esconde una lucidez mental impecable, que confirma que el verdadero artista es el que es capaz de otorgar forma a la complejidad de la realidad humana.

Al realizar una lectura de la trilogía de Gomes desde su unidad, damos cuenta que el collage de historias del cual se sustenta aparece de la mano de un pastiche de variados recursos narrativos, los cuales muchas veces en vez de enriquecer el grosor del relato lo mutilan destruyendo la unidad. La más clara manifestación de éste vicio lo encontramos en el último capítulo “El Encantado”, donde el relato esta mediado por una infinidad de texto que impide la fluidez de la narración.
Las extensas escenas musicales a su vez también provocaran cierta fisura poco congruente el ritmo del metraje.

Lo cierto es que tanto  Scheherezade como Miguel Gomes comparten un impulso de sobrevivir a una sentencia a través de la ficción, una especie de supervivencia por parte de Gomes que busca aferrarse a una desmesurada imaginación, para dar cuenta  que el mundo no es tan distinto a como él lo construye. Es así  como con notable lucidez nos plantea  que la de ficción es necesaria y un arma mucho más poderosa al enfrentar la realidad.

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