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Crítica: «El Botón de Nácar» de Patricio Guzmán

Por: Triztán Zamora / 30 de Septiembre, 2015

Con una amplia trayectoria que lo avala, el director nacional Patricio Guzmán, siguiendo la senda de «Nostalgias de la luz», entrega una reflexion cargada de metáforas establecidas a partir de diferentes relaciones en torno al agua, sus significancias y la memoria del exterminio en nuestro país.

El narrador nos introduce de forma expositiva en la importancia del agua, una primera relación con el espacio -uniendo así la película con su antecesora- para luego dar paso a los imponentes paisajes, hasta llegar al sur de Chile y a los pueblo originarios, los que alguna vez habitaron la Patagonía. La película hace una relación con la dictadura de Pinochet y las técnicas que durante el periodo se usaban para ocultar cuerpos de torturados, los cuales eran lanzados al fondo del mar. Guzmán crea un arco metafórico que comprende estos momentos históricos en torno a dos botones: el primero utilizado por un viajero inglés para llevarse a un indígena, mientras que el segundo es encontrado en el fondo del mar entre los restos de los rieles empleados para sumergir los cuerpos.

El documental plantea una clara postura política en torno a las problemáticas históricas expuestas. No obstante, ciertas analogías se vuelven repetitivas, fomentado por un tono completamente pedegógico en el  relato que a ratos parece no progresar sino al contrario, tornándose redundante. Aún así, existe un importante trabajo fotográfico en la forma en que se captura la belleza de los paisajes patagónicos, con una manera casi irreal que resalta los colores de la naturaleza sin quitarle protagonismo al material de archivo, el cual sorprende por su excelente calidad.

El relato no deja de ser clásico, acostumbrado por Patricio Guzmán en sus obras anteriores. Si bien siempre es interesante la postura del realizador, pareciera ser que el público no se acerca a la salas de cine para ver un documental sobre la memoria del país, sino por el contrario que asiste a ver la última obra del director, y de este modo la figura del Guzmán consume a su trabajo. Pareciese que en adelante no veremos innovaciones en su obra, sin embargo su figura y su punto de vista siempre será atractivo objeto de comentario entre quienes gozan del cine y su expresión documental.

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