Mediante la fijación que en algún momento desarrollé por Armando Uribe y su inextinguible, emulable y escupitajoso verbo y actitud, llegué (de mero fisgón) a un documental que él protagonizó, titulado Pre-Apocalipsis (2010), dirigido por Rodrigo Gonçalves. Proyecto donde como buen profeta del pánico que se precie en cualquier época, Uribe (desde su féretro) da cuenta de un estado agónico, repugnante, y decadente en todos los ámbitos posibles de la humanidad: de las cosas, de la sociedad, de la cultura, de Chile, del mundo…de su vida incluso. El documental en cuestión era el último trabajo (a la fecha) de un voluminoso caudal de cortos, medios y largometrajes realizados a través de casi todos los continentes del orbe y durante mas de 30 años por el director a cargo del periplo lisérgico de Uribe.
