Iquique fue el lugar donde el movimiento anarquista chileno logró agrupar a diversos trabajadores mineros con el fin de reclamar en contra de las miserables condiciones de vida a las que eran sometidos. La represión a la marcha de 1907 fue tan salvaje contra los obreros alojados en la Escuela Domingo Santa María, que fueron muy pocos los que sobrevivieron a la brutal masacre encabezada por el militar chilenos Roberto Silva Renard, y que dejó alrededor de dos mil muertos, a pesar de que el ejército declaró que habían muerto «solo 140».