Categorías
Artículos / Estudios de Autor Especial: 90 años de Pasolini

La Rabia

Por: Francisco Vera / 27 de mayo, 2012

«He aquí la semilla, el sentido de todo. Tú no sabes quién está pensando en matarte ahora, porque estamos todos en peligro”

Pier Paolo Pasolini, 2 de noviembre de 1975

(en entrevista con Furio Colombo, realizada pocas horas antes de ser asesinado)

“La Rabia” es la cuarta de las veintiséis películas dirigidas por Pier Paolo Pasolini. Probablemente por ser aún en este momento (1963) un director desconocido, el productor de la película decide imponer al montaje de Pasolini una segunda parte, realizada por otro director, y que transformaría la obra final en un díptico. El objetivo era contrarrestar la incisiva visión de Pasolini con la mirada conservadora de otro autor, en este caso la de Giovanni Guareschi, un periodista y escritor humorístico italiano.

La película quedó así dividida en dos mediometrajes de 50 minutos cada uno, que utilizaban las mismas herramientas del documental poético, y basados a la técnica que más adelante se conocería como found footage.  Ambas partes también buscaban responder a la misma pregunta: ¿por qué nuestras vidas se caracterizan por el descontento, la angustia, y el miedo? La película entregaba así al espectador el contraste de dos análisis personales acerca del contexto mundial de los años 60s.

Por su parte Pasolini despliega toda su influencia marxista utilizando recurrentemente los hoy desterrados conceptos de burguesíafascismolucha de clases o el de lumpen proletario. Con un constante tono de denuncia y también de hastío, Pasolini dispara contra la África colonizada, contra la religión, contra la revolución y la contrarrevolución. “¿Cuál es la tragedia? La tragedia es que ya no somos seres humanos, somos extrañas locomotoras que chocan unas contra otras”, explicaría en su última entrevista.

Ayudado por la voz poética de Giorgio Bassani, un pintor siciliano representante del expresionismo y exponente de la cultura eurocomunista italiana; y también gracias a la narración en prosa de Renato Guttuso, un escritor judío-italiano famoso por sus Novelas de Ferrara, Pasolini engendra 50 minutos de un discurso multifacético.

La alegría del americano que se siente igual que un millón de americanos en el amor por la democracia. Esa es la enfermedad del futuro… Cuando la industria vuelva imparable el ciclo del consumo. Será el fin de la historia… La marea de nuestro siglo que necesita de la religión con desespero para dar un sentido único a su pánico, a su culpa, a su esperanza… El capital se siente restablecido cuando puede volver a comprar. Comprar un trabajador no cuesta nada…”

Textos de “La Rabia” de Pasolini

La segunda parte dirigida por Guareschi es una película aparte que solo coincide con su predecesora en lo formal. El autor hace referencias tales como la de tener “fe en el porvenir”, en “el hijo de dios”, y en otros conceptos religiosos que lo van ayudando a construir un discurso esperanzador. Aún así esta parte se vuelve cada vez más directa y termina cerrando con un incisivo mensaje: “A pesar de Mao, Kruschev y otros problemas, en este planeta vale la pena vivir. Gracias a Dios.”.

Según la sentencia correspondiente al crimen de Pasolini, fue el joven prostituto Giuseppe Pelosi quien golpeó al cineasta y después pasó por encima de su cuerpo con su propio vehículo, enterrándolo y aplastándolo contra la arena. La razón oficial: una discusión derivada de “un requerimiento sexual insatisfecho”. Sin embargo, el año 2005 y en un programa de televisión, Pelosi confesó que Pasolini había sido asesinado por tres personas. “Y mientras lo golpeaban despiadadamente le gritaban “marica, puto y sucio comunista””, dijo por televisión. La verdad es que para 1975 Pasolini había ganado cientos de enemigos muy poderosos. Ya fuera gracias a las páginas del periódico “Corriere della sera”, donde escribía artículos, o por algún nuevo libro o película, su enemistad con los sectores derechistas, con la iglesia y en general con todo el mundo conservador crecía día a día.

El último coletazo del caso Pasolini corresponde al del mes de abril del año 2010, después de que el senador Marcelo Dell’utri, del partido de Silvio Berlusconi, fuera condenado por asociación mafiosa por el tribunal supremo italiano. En posesión de Dell`utri se encontraró el capítulo inédito del libro en el que trabajaba Pasolini al momento de morir, titulado “Petróleo”. En este libro se investigaba sobre algunos asesinatos cometidos en la década de los 70, pero lo más impactante de todo sería que los datos de este capítulo entregarían los detalles de la muerte de Enrico Mattei, presidente y defensor de la entonces estatal petrolera ENI. Mattei se atrevió a desafiar el poder de las corporaciones petroleras anglo-americanas llamadas “Las Siete Hermanas”, que controlaban el 90% del petróleo mundial, y el 27 de Octubre del año 1962 murió cuando el avión en el que volaba explotó en el aire; matando a toda la tripulación. Para todos sus cercanos ya no cabe duda de que fue un atentado.

Trece años después, en el año 1975, el asesinato de Pasolini conmovió al mundo entero por su crudeza y brutalidad; hoy lo vuelve a hacer con igual o mayor fuerza. El misterio de su muerte pareciera revelarse lentamente, reapareciendo año tras año con alguna nueva información. Al igual que su obra, la controvertida vida de este director pareciera incomodar incansablemente al mundo, se remanifiesta inesperadamente con nuevos actos y movimientos, esperando escudriñar en lo más oscuro y pudoroso de la sociedad.

Cabe señalar que en el año 2008 el cineasta Giuseppe Bertolucci junto otras agrupaciones culminó la tarea de reeditar la película que Pier Paolo Pasolini montó hace casi cincuenta años. Con motivo de la conmemoración de los treinta años de su aún enigmática muerte se creó una nueva versión de “La rabia”. Esta versión contaría con dieciocho nuevos minutos de material basados en cartas y fragmentos de guión realizados por el cineasta.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *